jueves, 25 de octubre de 2012

Gracias, Mariano Caronte.

Por Manolo Martínez.

No hay autónomo que no se queje hoy de la crisis. Carpinteros, ferreteros, peluqueros, taberneros… coinciden en la falta de clientela. No aparece un alma por sus negocios. Están desiertos, como los sentimientos de los banqueros, deshabitados como la ética de los políticos, vanos, como los argumentos de los monárquicos.

Y, mira por donde, causalidades de la vida, la pasada noche, estuve yo en un amplio local, que estaba hasta la bandera. Atestao, a rebosar, hasta la corcha. Qué alegría, pensé, si todos los negocios estuvieran así de concurridos.

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