miércoles, 6 de febrero de 2013

Sinvergüenzas.

Por Manolo Martínez.

Lo que está ocurriendo, con las filtraciones de las cuentas negras del PP, da para escribir toda la literatura que se quiera. Se puede ironizar y decir que a Sánchez Gordillo por entrar en un supermercado y llenar los carritos de alimentos le llamaron gentuza, indeseable, mientras que los altos cargos de la cúpula peperiana pagaban los cumpleaños de sus cachorros rojigualdas con regalos ilícitos. Se puede ser cínico, y legislar, pidiendo a los españoles que ganan mil euros o menos, que hay que apretarse el cinturón para sacar el país adelante, mientras ellos juegan a esconder millones de euros por los bancos suizos. Pero lo absolútamente INACEPTABLE, no es el comportamiento, al fin y al cabo adecuado a su rancia ideología, sino el voto de los asalariados, de los funcionarios, que podrían seguir votándoles si se celebraran ahora unas elecciones generales.

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