lunes, 24 de febrero de 2014

La factura de la luz.

Por Antonio Montero Alcaide.

Para evidenciar hasta qué grado los estudiantes son capaces de aplicar los conocimientos adquiridos, algunas pruebas internacionales de evaluación suelen considerar situaciones de la vida cotidiana, a modo de problemas o requerimientos para cuya solución satisfactoria no solo se precisa conocer sino, sobre todo, hacer funcional lo aprendido. Esto es, valérselas bien con los conocimientos para solventar demandas, ordinarias pero complejas, del día a día. Así, interpretar una factura de la luz no es tarea menor y en esas pruebas de evaluación se ha considerado como ejercicio a propósito.

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