jueves, 13 de febrero de 2014

Yo confiaba en mi marido.

Un nuevo artículo de Manolo Martínez.

Eureka, por fin, hemos descubierto por qué la sangre de la monarquía es azul, a diferencia de la de los plebeyos, que la tenemos colorá. Son los sentimientos, el amor, las emociones, quienes tiñen nuestras entrañas, y nuestra sangre. La de la infanta no podía ser más que azul, como su príncipe, casi como los billetes de 500. Lo ha dicho claro y alto, mire usted casi cuatrocientas preguntas le hizo el juez, y a la mayoría respondió con YO CONFIABA EN MI MARIDO. Eso es amor, para que luego se devanen los sesos los poetas intentando describirlo.

Lea todo el artículo en TRIBUNA LIBRE.