Algunos llevan los escándalos económicos en los genes, o eso se deduce al ver un Boletín Oficial del Estado que no tiene despercidio.
Este artículo no pretende reivindicar la figura del dictador ni del franquismo, sino denunciar el gatopardismo y mostrar que a los que defraudan a Hacienda no les afectan los cambios de regímenes.
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